La próxima semana este blog cumplirá
un año de vida. Han sido un total de 62 artículos los que a lo largo de este
tiempo se han colgado del mismo en un intento por perseverar atento a la
actualidad y al interés de los lectores El esfuerzo no ha resultado baldío, pues
han sido alrededor de doscientas las entradas que, mes tras mes, ha venido
registrando este blog. A quienes así lo habéis hecho quiero brindaros en este
momento mi especial reconocimiento y gratitud.
La llegada del verano invita a
disfrutar de un merecido derecho al descanso. Aprovecharé los tres próximos
meses para limpiar el pensamiento del óxido que se haya podido acumular a lo
largo del año y, al tiempo, me ejercitaré en la reflexión sobre la continuidad o
no del blog más allá del verano.
En el artículo vecino a éste decía
que España se encuentra en una encrucijada. Se equivocan quienes piensan que el
único problema se llama crisis económica
y que antes o después acabaremos saliendo de la misma. España con o sin crisis debe
encontrar su propio destino en el concierto internacional de las naciones. Los
efluvios suscitados recientemente por la “roja” han demostrado que la bandera
española ya no es un signo ni patrimonio del facherio. Es, por tanto, un buen
momento para ganar en autoestima, superar los particularismos que nos atenazan
desde hace más de un siglo y, despojados del hábito de la corrupción, acometer
profundas reformas políticas que nos
permitan ganar el futuro en un mundo
global. En la confianza de que ello no solo es deseable, sino también posible.
Me despido de todos vosotros deseándoos un feliz verano. Adiós amigos.