Este blog pretende ser el estetoscopio con el que auscultar lo que nos pasa. Lo advertía Ortega y Gasset cuando decía que lo que nos pasa a los españoles es que no sabemos lo que nos pasa. Despojado del falso ropaje de lo politicamente correcto, voy a auscultar, a pecho descubierto, cuanto acontece. Al hilo de la realidad percibida expondré ideas, opiniones o comentarios que deseo compartir o contraponer con los lectores. Vamos a intentar, entre todos, saber lo que nos pasa. Si estáis de acuerdo con este propósito bienvenidos a este foro que, desde ya, tambien es vuestro. Jesús Berzosa González.

domingo, 25 de septiembre de 2011

LOS QUE SE VAN

Llegaron al gobierno de España cuando aún permanecía el olor a muerte y pólvora en la estación de Atocha como consecuencia del atentado terrorista del 11 M.
De la mano de un pacifismo beligerante, las tropas españolas abandonaron Irak mientras permanecieron en Afganistán e intervenían en Líbano y recientemente en Libia. Impulsaron la alianza de civilizaciones y el mundo islámico se volvió convulso con revueltas populares en diversos países como Túnez, Egipto y Libia.
Zapatero, como otros tantos presidentes, quiso pasar a la historia como el presidente que acabó con ETA y, a diferencia de otros, tardó más de la cuenta en sentirse engañado y equivocado.
Se declaró ferviente feminista y creó el ministerio de Igualdad que el  mismo se encargaría de suprimir después.
Se afanaron en tintar de izquierdas con algún ribete de radicalidad a la sociedad y revisaron la transición democrática que hasta entonces se había considerado un modelo exportable a otros países lanzando la Ley de memoria histórica.
Elevaron a categoría de matrimonio a las, hasta entonces, existentes parejas de homosexuales y lesbianas.
Entendieron que el aborto era un derecho social y eliminaron aquellas cortapisas que impidieran un aborto libre. Alentaron un nuevo Estatuto de Autonomía para Cataluña y acabaron descoyuntando el modelo constitucional bajo la premisa de que España es una nación discutida y discutible.
Trataron de aislar al principal partido de la oposición y han terminado negociando solo con él la reforma de la Constitución. Pusieron en marcha la Ley de la Dependencia que el Partido Popular había dejado en los cajones ministeriales por no tener garanizada su financiación. Hoy, el llamado cuarto pilar se tambalea al igual que lo hace el propio estado de bienestar.
La crisis económica les cogió subidos al andamio y con la brocha en la mano. No se dieron por enterados y cuando lo hicieron prefirieron, en connivencia con los sindicatos de clase, repartir peces (prestaciones por desempleo) antes que enseñar a pescar (creación de empleo). Zapatero había predicho el fracaso del proyecto político de Ángela Merkel y anunció que España superaría a Francia como potencia mundial. Hoy se muestra como un  pelele en las manos de Merkel y Sarkozy.
Como líder de la oposición no se quiso poner de pie al paso de la bandera de Estados Unidos y acabó cuadrándose  ante la llamada del presidente Obama en mayo del pasado año porque lo importante, según sus propias palabras, era no lo que Obama puede hacer por nosotros, sino lo que podemos hacer nosotros por Obama.
Empezó su mandato apostando por republicanismo de Pettit y acabó su mandato contemplando, entre complaciente y resignado, a los indignados de Hessel.
En plena carrera hacia el abismo el PSOE cambia su jinete pero el caballo sigue siendo el mismo. Algunos correligionarios entienden que, salvo un golpe de suerte, el resultado electoral está ya decantado y, al igual que su líder, han comenzado a marcharse sin esperar el veredicto de las urnas.
El líder que manejó la crisis bajo el determinismo de quien un día descubrió que la tierra no es de nadie, solo del viento… anuncia, ahora, que se hará veedor de nubes. Ocupación no le va a faltar. Los negros nubarrones que se ciernen sobre la economía española tardarán largo tiempo en desaparecer.
* Foto extraída de www.canariasaldia.com

domingo, 18 de septiembre de 2011

¿RECORTES EN SANIDAD?

Tras la alarma generada por los recortes en sanidad efectuados por el gobierno de la Generalitat en Cataluña, hay expectación por conocer si esos recortes se extenderán al conjunto de las Comunidades Autónomas.
Todo hace suponer que, salvo aquellas Comunidades Autónomas en las que en mayo se produjo un cambio de gobierno, habrá una política continuista en lo que a la elaboración de los presupuestos del 2012 se refiere. Unos presupuestos que a todas luces resultarán insuficientes, como lo han sido en el presente año y como lo vienen siendo desde las transferencias de la sanidad a las Comunidades Autónomas en el 2001. Los registros del gasto sanitario señalan  que el Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene un desajuste presupuestario anual de 3.500 millones de euros que se agregan a la deuda existente y que alcanza los 15.000 millones de euros. Se trata de un gasto que ha crecido más deprisa que el PIB y que es producto del aumento de la esperanza de vida, de la influencia del progreso técnico-médico y de una tendencia incrementalista y desordenada de las prestaciones sanitarias. El previsible aumento del gasto se hará, un año más, a costa del déficit trasladando con ello el problema a ejercicios futuros. Al tiempo  se responsabiliza del déficit a la insuficiente financiación  evitando al ciudadano el debate mayor gasto-mayor presión fiscal. Apelar, ahora, a la industria farmacéutica o a la mejora en la eficiencia es una condición necesaria pero no suficiente porque el problema no es solo de financiación. Buena prueba de ello es que ni el modelo de financiación del gobierno de Aznar, ni los 1.700 millones de euros derivados del Estado a través de las Conferencias de Presidentes (y que no en todos los casos fueron destinados a la sanidad), ni el modelo de financiación vigente de Zapatero han servido para frenar el déficit.
El problema radica básica y esencialmente en que el actual modelo del SNS está en crisis y no solo coyuntural, como consecuencia de que no hay dinero, sino también estructural.
Las CC.AA. son  gestoras del Estado de Bienestar al que dedican 2/3 de sus presupuestos. Tal vez haya llegado el momento de reajustar el Estado de Bienestar a nuestras posibilidades reales.
Tanto más cuanto que la demagogia política y la medicalización de los problemas sociales han convertido al ciudadano de usuario a consumidor sin conciencia del coste a la hora de la utilización de los servicios sanitarios y ya se sabe que a coste cero la demanda es infinita. Es preciso preguntarse si en el momento actual se puede seguir financiando y utilizando recursos sanitarios en ninfoplastias, una operación cosmética del aparato genital femenino que en los últimos años ha experimentado una creciente demanda entre las mujeres jóvenes. Mientras,  personas que han perdido la salud,  permanecen en listas de espera diagnósticas o quirúrgicas. Por otra parte, es un hecho conocido que se están produciendo desigualdades en el acceso a las prestaciones y, por tanto, indicios de inequidad. Hay pues que definir prestaciones y promover un debate sobre lo que se quiere hacer y lo que cuesta. Todo ello en el marco de un nuevo contrato social para el SNS como fruto de un gran acuerdo político y social.
Conocer y hacer saber las dificultades sin engaños es el mejor de los caminos para superarlas.

viernes, 9 de septiembre de 2011

RACIONALIZAR ELECCIONES

La decisión del Presidente Griñán de no adelantar las elecciones en Andalucía para hacerlas coincidir con las generales pone de manifiesto el dislate de los procesos electorales en España.
En efecto, en los próximos cuatro años se celebrarán los siguientes procesos electorales:
2012: Elecciones autonómicas en Andalucía.
2013: Elecciones autonómicas en el País Vasco y Galicia.
2014: Elecciones autonómicas en Cataluña y Elecciones Europeas.
2015: Elecciones autonómicas y municipales y Elecciones Generales.
A ello hay que añadir los dos procesos electorales que se llevarán a cabo en el presente año. Todo ello va a generar un alto coste para la economía del país. Cabe entonces preguntarse si ésta es la mejor de las fórmulas para abordar una crisis económica como la actual donde ayuntamientos, precisamente de Andalucía, han dejado de pagar la nómina de sus empleados.  Desde luego no es coherente con el esfuerzo que se viene pidiendo a las administraciones públicas y a todos los ciudadanos en este periodo de crisis. Son los propios partidos políticos quienes están obligados a  racionalizar los comicios electorales. Ellos, mejor que nadie conocen de siempre, pero especialmente ahora, las dificultades para financiar los procesos electorales y los quebraderos de cabeza que la financiación les ha ocasionado.