A lo largo de los últimos años, especialmente desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco, las acciones terroristas de ETA han sido contestadas por los ciudadanos en la calle con el grito: ¡Basta ya!
Tras el reciente comunicado de ETA por el que anuncia el cese definitivo de su actividad armada cabe preguntarse si este responde a los anhelos de la inmensa mayoría del pueblo español.
No cabe duda que el comunicado responde a la política del gobierno socialista, presidido por Rodríguez Zapatero, que ha combinado la negociación política con la lucha antiterrorista.
Mientras, el Partido Popular ha venido sosteniendo que con el terrorismo no se negocia y reclama la derrota de ETA sin concesiones y con todas sus consecuencias.
ETA, por su parte, exige la negociación como método de resolución del conflicto pero, eso sí, sin depositar las armas.
Resulta, por otra parte, evidente que la sociedad española ha acogido con enorme satisfacción, como no puede ser de otro modo, el anunciado cese de la actividad armada pero mantiene serias dudas sobre el final de ETA. Hay quienes creen ver su final a través de un proceso de negociación política y quienes confían en que el estado de derecho ponga fin a la misma. En todo caso, uno y otro camino están ya lo suficientemente andados como para otear ya el final de ETA. La presencia de su brazo político en las instituciones es uno de los atajos que hacen más accesible y transitable el camino de la negociación, Las espadas, sin embargo, están en todo lo alto. Será el próximo gobierno, muy probablemente del Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy, quien a partir del 20 N tiene una cita con la historia.
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