Este blog pretende ser el estetoscopio con el que auscultar lo que nos pasa. Lo advertía Ortega y Gasset cuando decía que lo que nos pasa a los españoles es que no sabemos lo que nos pasa. Despojado del falso ropaje de lo politicamente correcto, voy a auscultar, a pecho descubierto, cuanto acontece. Al hilo de la realidad percibida expondré ideas, opiniones o comentarios que deseo compartir o contraponer con los lectores. Vamos a intentar, entre todos, saber lo que nos pasa. Si estáis de acuerdo con este propósito bienvenidos a este foro que, desde ya, tambien es vuestro. Jesús Berzosa González.

sábado, 21 de abril de 2012

EL COPAGO FARMACÉUTICO

El Consejo Interterritorial de salud del pasado día 18 en el que se propuso modificar el copago farmacéutico ha puesto de manifiesto, como ya escribí en este blog, cuán lejos se está de alcanzar un pacto por la sanidad en España. La esquizofrenia política que se vivió en el mismo es la manifestación más evidente de que, a corto o medio plazo, el pacto no será posible. Los consejeros de sanidad de todas las Comunidades Autónomas son conscientes de que en la actual coyuntura económica es necesario reducir el gasto farmacéutico. Estando de acuerdo, sin embargo, en el quid de la cuestión  discrepan en el quo modo de la solución. Alguna Comunidad, como es el caso de Cataluña, ha introducido el pago de un euro por receta con el apoyo del Partido Popular. Otras, como Andalucía, han puesto en marcha la subasta de medicamentos que ha sido recurrida por el Partido Popular ante el tribunal constitucional y que no descarta adoptarla a nivel nacional. Unos y otros, junto con canarios y vascos, han rechazado el modelo de copago propuesto por el gobierno. Luego todos se extrañan  que una parte de la ciudadanía reclame que las competencias en sanidad sean devueltas al Ministerio de Sanidad. Para añadir más confusión y controversia a la cuestión el presidente de la organización médica colegial dice que el copago farmacéutico en función de la renta es una de las medidas que se pueden adoptar para  frenar el uso excesivo de fármacos en España como si los médicos no tuvieran nada que ver en el mismo. Ciertamente la modificación que se propone en el copago farmacéutico es más justa, toda vez que se tiene en cuenta más la capacidad económica que la edad de las personas, pero su extensión a los pensionistas ha generado el rechazo, sin excepción, de todos los partidos.
Una vez más los más de 8 millones de pensionistas, de los que 600.000 residen en Castilla y León, están siendo objeto de mercadeo electoral y político. La ministra de sanidad se defiende diciendo que la reforma lo que pretende no es recaudar, sino disuadir, porque se desperdician 3.700 toneladas al año en medicamentos que no se han llegado a consumir con un coste de 1.200 millones para el sistema de salud. Si realmente es así, y no hay porqué dudarlo, la primera medida que debería haberse tomado hace ya algún tiempo es la de adecuar los envases de fármacos a la prescripción como se viene haciendo en los países de nuestro entorno y especialmente en los Estados Unidos.
Pero con la prima de riesgo hociqueando en los talones del gobierno éste se ve urgido en la necesidad de anunciar medidas que calmen la voracidad de los mercados internacionales pero que al no estar incardinadas en un amplio plan de reforma del sistema de salud son percibidas por los ciudadanos como improvisadas. No resulta extraño, por tanto, que éstos se pregunten que más habrá que hacer y durante cuanto tiempo para satisfacer a la canciller de Alemania que, esta vez si, por vía pacífica parece dispuesta a adueñarse de Europa.

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