La dimisión de Camps no por esperada era menos deseada. Y lo era, tanto para una parte importante del Partido Popular por el desgaste que venía ocasionando al mismo como para aquellos que creen que con Camps fuera de la Generalitat valenciana el camino hacia la misma se torna más fácil. Quienes así piensan deberían tener en cuenta que el Partido Popular en la Comunidad valenciana es algo más que Camps y que, para ganar la confianza de los ciudadanos, es menester demostrar que se es mejor y no menos malo que el otro.
La dimisión era, por necesaria, obligada pero llega tarde. Los tiempos en política cuentan y mucho. El Sr. Camps como Presidente de la Comunidad valenciana estaba en su derecho de dimitir cuando le pareciera oportuno pero no es menos cierto que el Partido Popular a nivel nacional podía haber optado por no proponerle como candidato y no lo hizo. No por falta de candidatos/as (lo ha encontrado en apenas unas horas) ni por su posible efecto en los resultados electorales, cuestión que se verá en las próximas elecciones generales, sino porque no hay que olvidar que fue en el congreso de Valencia donde Mariano Rajoy fue elegido presidente nacional del partido y Camps su principal valedor.
Sorprende que Federico Trillo como responsable de justicia e interior del partido le llevara la propuesta de allanamiento, es decir aceptar que la trama Gürtel le regaló tres trajes y que cometió un delito de cohecho impropio. Esto es algo sandio y está en clara contraposición con su mantenida posición de inocencia. Nadie puede dudar que confesado el delito, Camps estaría como el tango aquel “…cuesta abajo en su rodada...” y sus días contados en la presidencia de la Generalitat valenciana.
Un político sentado en el banquillo de los acusados y menos aún autoinculpado no son la mejor imagen que puede darse de quien además de ser honrado ha de parecerlo. La dimisión era la única opción posible.
Ahora solo cabe esperar que tanto el Sr. Camps como el Sr. Costa, implicado también en el caso Gürtel, abandonen su escaño en las Cortes valencianas. Un buen ejercicio para reencontrarse con la política que tan denostada anda.
Serán los tribunales de justicia, en su caso, quienes en su día se pronuncien sobre la inocencia o culpabilidad de ambos ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario