Lo anunciaba hace unos días el propio Consejero. La Consejería de Sanidad reducirá las guardias médicas en un 3,5% en todos los hospitales de la Comunidad para ahorrar 4 millones de euros. Se veía venir. Algunos lo anticipábamos en este blog. Sabíamos que quienes en su día hablaban de eficiencia en la sanidad era, en realidad, un eufemismo con el que encubrir los recortes. Antes se habían producido en Cataluña y muy probablemente se extenderán al resto de Comunidades Autónomas. Ahora bien, si por recortes se entiende, lo que recoge la primera acepción del Diccionario de la Lengua, cortar lo que sobra no solo no hay nada objetable en ello, sino que es exigible en una situación en la que el sistema regional de salud acumula una deuda cercana a los 600 millones de euros.
Pero antes de que los recortes lleguen a los profesionales sanitarios y a los ciudadanos, que son los destinatarios de los servicios sanitarios, debería ser la Administración sanitaria, reestructurando la Administración General del SACYL la que, en primer lugar y en mayor medida, se apriete el cinturón antes de ajustárselo a los demás. A fin de cuentas es la propia Administración y sus dirigentes quienes nos han llevado a la situación actual. Cuando tanto se habla de la necesidad de coordinar atención primaria y especializada, no es de recibo que en una Comunidad como ésta, con 9 provincias, tenga tres gerentes por provincia: uno de área, otro de atención primaria y otro de atención especializada con sus correspondientes equipos directivos.
Por otra parte, la dotación de las plantillas de los facultativos de los servicios jerarquizados hospitalarios, desde los tiempos del INSALUD, ha estado guiada por criterios que poco o nada tienen que ver con la proporcionalidad y la racionalidad. El resultado es que hay plantillas sobredimensionadas mientras otras resultan insuficientes. Es necesario y urgente auditar y homogeneizar las mismas.
Por otra parte, la dotación de las plantillas de los facultativos de los servicios jerarquizados hospitalarios, desde los tiempos del INSALUD, ha estado guiada por criterios que poco o nada tienen que ver con la proporcionalidad y la racionalidad. El resultado es que hay plantillas sobredimensionadas mientras otras resultan insuficientes. Es necesario y urgente auditar y homogeneizar las mismas.
El esfuerzo por la modernización de las infraestructuras y los equipamientos llevado a cabo por la Junta de Castilla y León está siendo tan ingente como ineficiente. Es hora de optimizar los recursos de que se dispone que son muchos. La situación económica y sanitaria por la que atraviesa el país y nuestra Comunidad no puede permitir que un hospital, como el recientemente construido en Burgos con 300 millones largos de inversión y casi un centenar en equipamiento, funcione a pleno rendimiento solamente por la mañana. Lo mismo puede decirse del resto de los hospitales, especialmente de los universitarios o pretenciosamente así denominados. Hay de implicar a los profesionales sanitarios en la gestión y retribuir a los mismos no tanto por lo que se es, sino por lo que se hace a favor de una gestión eficiente de los cuantiosos recursos puestos a su disposición.
Los ciudadanos, a su vez, como potenciales usuarios del sistema regional de salud deben ser conscientes del compromiso que todos tenemos de hacerlo sostenible. Hasta ahora, las llamadas a un uso racional de los servicios sanitarios no parecen tener efecto. A nadie podrá extrañar que, por el bien de todos, se acaben implantando medidas correctoras si la situación no mejora.
La demagogía en cuanto a la política y gestión sanitaria por parte de quienes obstentan responsabilidad dentro de la nefasta administración en el campo de la salud es visible día a día. El ahorro en sanidad no viene por la reducción de personal y de atención en "servicios no vitales" que si que puede ayudar... Hay que ahondar en el problema real y dejarnos de pamplinas. ¿Es necesarío tener hospitales comarcales?... La respuesta popular y política es decididamente un sí... Profundicemos en el tema: ¿Es necesarío tener abierto un servicio de ginecología con un parto diario, teniendo una plantilla de ocho a diez profesionales, cuando a setenta kilómetros por autovía tienes un complejo hospitalarío?... La misma cuestión la podríamos plantear en otros servicios... Es más económico fletar un jet privado cada vez que hay una urgencia que mantener eso abierto... Sin embargo este tema es díficilmente abordable cuando intentamos hablar de eficacía y eficiencia puesto que lo que priman son otros criterios. Una vez más la hipocresía política en el sector público genera que éste, se encuentre abocado al fracaso porque en su gestión no se tienen en cuenta los factores que debíeran primar y si otros de orden público, político y de imagen. Aeropuertos sin aviones, médicos sin pacientes, centros educativos sin alumnos... pero que fueron creados por "politiquillos locales o regionales" que causan admiración y son votados por sus aldeanos...
ResponderEliminarUN CORDIAL SALUDO