Este blog pretende ser el estetoscopio con el que auscultar lo que nos pasa. Lo advertía Ortega y Gasset cuando decía que lo que nos pasa a los españoles es que no sabemos lo que nos pasa. Despojado del falso ropaje de lo politicamente correcto, voy a auscultar, a pecho descubierto, cuanto acontece. Al hilo de la realidad percibida expondré ideas, opiniones o comentarios que deseo compartir o contraponer con los lectores. Vamos a intentar, entre todos, saber lo que nos pasa. Si estáis de acuerdo con este propósito bienvenidos a este foro que, desde ya, tambien es vuestro. Jesús Berzosa González.

miércoles, 21 de marzo de 2012

COPAGO

El afán recaudatorio del gobierno y de las CC.AA es casi paralelo al nihilismo que se observa a la hora de reformar las leyes, constitución incluida, para adaptarlas a las nuevas necesidades.
Ahora parece que la ha llegado el turno al copago sanitario. Porque, digámoslo en corto y por derecho, el copago en cualquiera de sus modalidades o versiones no tiene otra finalidad que recaudar fondos, por más que se disimule como herramienta disuasoria para eliminar el consumo abusivo o innecesario. Rajoy se ha colocado de perfil en este tema diciendo que él personalmente no es partidario del copago, o lo que es lo mismo, que no está dispuesto a arrostrar la impopularidad de una medida que entiende debe partir de las CC.AA. A fin de cuentas son éstas las que  tienen la sanidad transferida y las que han acumulado una deuda que actualmente supera los 15.000 millones de euros que son el leit motiv del copago. 
Todo hace indicar que el copago sanitario irá enfocado, en este caso, al gasto farmacéutico que absorbe 3 de cada 10 euros presupuestados en sanidad. Las medidas que se acodarían en el Consejo Interterritorial de salud tendrían como objetivo racionalizar el gasto farmacéutico pero en realidad lo que pretenden es frenar el crecimiento de la deuda sanitaria. En todo caso, ni el copago ni el repago farmacéutico, su regulación es competencia del Estado, servirán para solucionar el problema de la financiación sanitaria. Como tampoco sirvieron los más de 1.600 millones de euros adicionales aportados a las CC.AA por el gobierno de Zapatero en la II Conferencia de Presidentes celebrada en 2005, ni el compromiso de establecer una cartera básica de servicios que garantizara a todos los ciudadanos las mismas prestaciones con independencia de la Comunidad Autónoma en la que vivan. Hoy, como ayer, como hace doce años, los problemas que se pretendían resolver como la falta de fondos, la necesidad de liquidez  y la inequidad no solo siguen irresolubles, sino que con el paso del tiempo se ha acrecentado. Porque la cuestión radica en  definir, de una vez por todas, qué medicamentos y qué servicios  cubre el sistema público de salud en todas las regiones. Establecer una financiación adecuada y suficiente. Profesionalizar y despolitizar la gestión. Participación de los médicos en la gestión, a fin de cuentas son éstos quienes tienen la chequera, talonario de recetas incluido y establecimiento de penalidades e inhabilitaciones para quienes incurran en desviaciones presupuestarias. De lo contrario, antes que después, el sistema sanitario español se hará insostenible.

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