Este blog pretende ser el estetoscopio con el que auscultar lo que nos pasa. Lo advertía Ortega y Gasset cuando decía que lo que nos pasa a los españoles es que no sabemos lo que nos pasa. Despojado del falso ropaje de lo politicamente correcto, voy a auscultar, a pecho descubierto, cuanto acontece. Al hilo de la realidad percibida expondré ideas, opiniones o comentarios que deseo compartir o contraponer con los lectores. Vamos a intentar, entre todos, saber lo que nos pasa. Si estáis de acuerdo con este propósito bienvenidos a este foro que, desde ya, tambien es vuestro. Jesús Berzosa González.

miércoles, 7 de marzo de 2012

RAJOY Y LA CRISIS

Estamos viviendo, como se sabe, unos momentos especialmente duros para la economía familiar. A la subida del IRPF, materializada en la nómina de febrero, se ha unido el “centimazo” propinado por la Junta de Castilla y León. Por si esto fuera poco, las personas en paro deben desechar cualquier esperanza de encontrar empleo en el presente año, toda vez que el Sr. De Guindos acaba de anunciar se prevé una destrucción de 630.000 empleos con lo que la tasa de paro alcanzará el 24,3% al finalizar 2012.
La situación en Castilla y León es, si cabe, aún más compleja. En esta Comunidad, la tasa de dependencia (población menor de 16 años y mayor de 64) es del  55% con tendencia al aumento, según diversas proyecciones demográficas y, al tiempo, la población parada alcanza ya la cifra de 226.084 persona, lo que equivale a la población de las capitales de León y Palencia juntas.
El Sr. Rajoy sabe que por mucha moratoria que ahora se le conceda, en cuanto a la rebaja del déficit, los mandamientos de la Sra. Merkel entregados en Bruselas dicen que España deberá rebajar su actual déficit, situado en el 8,5%, al 3% en 2.013. Ello implica que antes de esa fecha deberán producirse más recortes en el gasto y un aumento de ingresos a través de los impuestos al objeto de generar un importante ahorro con el que tapar el agujero económico existente. Estamos pues en plena travesía del desierto que se asevera dura sin que vislumbremos, ni de lejos, cuando y cómo llegaremos a la tierra prometida. Una situación propicia para el resurgimiento del radicalismo en la izquierda y del nacionalismo en la derecha. Rajoy,  consciente del momento histórico que la ha tocado vivir debe ser fiel a los principios del Partido Popular que reclaman, ahora más que nunca, más sociedad y menos Estado. El objetivo no debe ser otro que el de las personas y la economía ha de ser puesta al servicio de ese único objetivo. Tal vez, como le ocurrió a Moisés, Rajoy no llegue a cruzar el Jordán pero habrá colocado a los españoles en la mejor de las sendas para entrar en la tierra prometida.
En esta crisis, para bien o para mal, habrá un antes y un después. Todo, sin embargo, parece indicar que ya nada volverá a ser como antes.

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