Este blog pretende ser el estetoscopio con el que auscultar lo que nos pasa. Lo advertía Ortega y Gasset cuando decía que lo que nos pasa a los españoles es que no sabemos lo que nos pasa. Despojado del falso ropaje de lo politicamente correcto, voy a auscultar, a pecho descubierto, cuanto acontece. Al hilo de la realidad percibida expondré ideas, opiniones o comentarios que deseo compartir o contraponer con los lectores. Vamos a intentar, entre todos, saber lo que nos pasa. Si estáis de acuerdo con este propósito bienvenidos a este foro que, desde ya, tambien es vuestro. Jesús Berzosa González.

sábado, 25 de febrero de 2012

EL FRÍO DE BURGOS

En estos días he podido leer en un periódico local que el Ayuntamiento se propone potenciar el filón del frío para atraer más turismo a Burgos. Tuve que fijarme detenidamente en la fecha del diario para estar seguro que no se trataba del 28 de diciembre, como se sabe, día de los Inocentes. La noticia pone especial énfasis en que solo en las mejores ciudades (Nueva York, París, Roma…) hace frío en invierno. Y aquí es donde, creo yo, se han inspirado el autor o autores de tan singular ocurrencia. Porque el frío de Burgos a diferencia del existente en otras grandes ciudades ofrece unas peculiaridades que le hace especialmente atractivo como reclamo turístico. En primer lugar porque el turista que llegue a Burgos atraído por el frío no se sentirá nunca defraudado. El aire en movimiento es una constante, lo cual posibilita que la sensación térmica percibida sea aún inferior a la que ofrece la temperatura. De ahí el dicho popular que afirma que  el frío se mueve en Burgos. Además es posible “disfrutar” del mismo en cualquier época del año. Se trata, por tanto, de un turismo de baja estacionalidad que invita y fomenta la compra, especialmente de ropa de abrigo. El frío de Burgos en invierno es también un reclamo para los que en el turismo buscan riesgo o aventura. El turista podrá verse atrapado por la nieve no en cualquier lugar, sino en una autopista o en una carretera nacional como la N-1, que soporta una de las tasas más elevada de siniestralidad de las carreteras españolas. Y hasta es posible pernoctar en un polideportivo municipal, gratis total, víveres y ropa incluida.
Por otra parte, el frío de esta ciudad ha sido siempre para los burgaleses, especialmente para los jubilados, un elemento motivador para el turismo residencial o de escapada. No son pocos los que con la llegada del invierno se refugian en las playas del Mediterráneo o Atlántico.
Hasta ahora el frío de Burgos solo había servido para ocupar espacio importante en los informes meteorológicos o en intervenciones de ilustres monologuistas como Moncho Borrajo o Leo Harlem. Pero lo del frío, como baza turística, no deja de ser una “boutade” propia de una mente calenturienta. Lo malo de las ocurrencias que pretenden ser ingeniosas sin llegar a serlo es que se alimentan y sustentan con el dinero de los contribuyentes.
* Foto extraída de www.eltiempo.es

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